¿En qué consiste el tratamiento Full Face?
Tener un rostro radiante y resplandeciente es el sueño de muchas personas, pero no siempre es fácil encontrar una solución completa y efectiva para lograrlo. Por eso, cada vez hay más demanda en el mercado por tratamientos faciales integrales como el Full Face.
El Full Face es un tratamiento facial integral que busca otorgar a tu rostro una mejoría notable en diversos aspectos. No se trata sólo de disminuir las arrugas o mejorar la textura de la piel, sino también de ofrecer otros objetivos estéticos relacionados con la corrección y mejora del contorno facial.
El nombre “Full Face” hace referencia al hecho de que tiene un enfoque completo, ya que abarca tanto la zona superior como inferior del rostro.
Objetivos del Full Face
- Rejuvenecimiento facial: El principal objetivo del Full Face es lograr un rejuvenecimiento general de la piel y el rostro, lo que implica reducir líneas de expresión, suavizar la textura cutánea y mejorar la firmeza.
- Mejora del contorno: Además de trabajar para disminuir las imperfecciones, manchas y arrugas, este tratamiento también busca corregir problemas como la flacidez y los surcos que puedan aparecer en ciertas áreas del rostro, dándole mayor armonía y definición.
- Volumen: En casos en los que se haya perdido volumen facial por la edad o incluso debido a cambios de peso radicales, el Full Face apunta a mejorar y reestablecer el volumen necesario para lograr un aspecto armónico y juvenil.
El gran diferencial de este tratamiento es que aplica técnicas y tecnologías diversas según las necesidades específicas de cada paciente. Esto hace que sea posible obtener resultados personalizados que cumplan con nuestras expectativas y deseos estéticos. Entre sus principales ventajas encontramos:
- Resultados naturales: Uno de los mayores beneficios del Full Face es que no busca crear una apariencia completamente distinta a la propia, sino reducir las imperfecciones y realzar aquello que nos hace únicos. Por ende, se logra un resultado armónico y saludable sin perder nuestra identidad.
- Combinación de tratamientos: Otro de los puntos fuertes de este tratamiento es que combina diferentes técnicas y procedimientos que responden mejor a nuestras necesidades particulares. Así, podremos contar con una solución completa y ajustada a nuestra piel y anatomía facial.
- Prevención: Además, el Full Face ayuda a retardar el proceso de envejecimiento cutáneo, ya que trabajará en áreas específicas que pueden verse más afectadas a lo largo del tiempo, como óvalo y contorno facial.
Algunas de las técnicas más comúnmente aplicadas en el tratamiento Full Face incluyen:
- Toxina botulínica: Es utilizada para suavizar líneas de expresión y arrugas, especialmente en la zona superior del rostro...
- Ácido hialurónico: Este material es ideal para corregir la pérdida de volumen o mejorar ciertos rasgos faciales, como labios, mentón, pómulos o incluso las ojeras hollows.
- Peeling químico: Se emplea para exfoliar la capa superficial de la piel, ayudando a mejorar su textura y luminosidad rápidamente.
- Mesoterapia: Consiste en la aplicación de pequeñas inyecciones con sustancias naturales que favorecerán la oxigenación, hidratación y regeneración celular de la piel, mejorando su apariencia general.
- Rellenos dérmicos: Son muy útiles para eliminar surcos o pliegues profundos, como los que se pueden producir por el envejecimiento u otros factores externos.
¿Qué esperar del proceso del Full Face?
Aunque puede variar en función de la técnica o tecnología empleada, en general el procedimiento Full Face suele constar de varias sesiones que se realizan en intervalos de tiempo programados. Estas características dependerán siempre de lo que indique el especialista de acuerdo a nuestras necesidades, ya que el tratamiento es totalmente personalizado.
Antes del tratamiento
Lo primero es acudir a una primera consulta con un especialista en medicina estética. En esta fase evaluaremos en conjunto nuestras metas y expectativas estéticas. El profesional realizará un análisis detallado de nuestra piel y rostro, lo cual le permitirá determinar cuál es la solución integral más apropiada para nuestro caso particular.
Durante el tratamiento
Las sesiones del tratamiento Full Face duran aproximadamente entre 30 minutos y 1 hora, aunque también pueden variar según los procedimientos aplicados. Lo mejor es que la mayoría de las técnicas utilizadas requieren poco o ningún tiempo de recuperación.
Por otro lado, la aplicación de ciertos productos puede ocasionar algunas molestias menores, como enrojecimiento, hinchazón o sensibilidad en la zona tratada, pero estos síntomas suelen desaparecer rápidamente, lo que significa que podremos retomar nuestra vida cotidiana con total normalidad.
Después del tratamiento
Los resultados comienzan a verse progresivamente después de cada sesión. No obstante, el efecto final dependerá de las características individuales de cada paciente y debido al tipo de tratamiento utilizado. Es fundamental seguir las recomendaciones del especialista y mantener un buen cuidado cutáneo diario, incluyendo protegerse adecuadamente del sol, hidratar la piel correctamente y tener una alimentación balanceada.