Los surcos nasogenianos, coloquialmente llamados líneas marioneta, son unas arrugas más o  menos profundas que aparecen en el área que va desde las aletas de la nariz hasta las comisuras de los labios.

La pérdida de firmeza cutánea y sobre todo la desaparición de la grasa en los pómulos, que ocurre irremediablemente con el paso del tiempo provoca estos pliegues que modifican la fisonomía del rostro y se convierten en señales evidentes del paso del tiempo y el envejecimiento en nuestro rostro.

¿Cómo se forma el surco nasogeniano?

¿Qué factores contribuyen a su aparición y profundidad?

¿Opciones diferentes de tratamientos disponibles para mejorar su aspecto?

El paso del tiempo, la gesticulación,  la oxidación celular producida con la exposición solar y la pérdida de grasa en los pómulos,  unidos a la disminución de la actividad de las proteínas como el colágeno y la elastina responsables de la firmeza y la elasticidad de las fibras de sostén cutáneo más la fuerza de gravedad hacen que la piel y los tejidos faciales se desplacen hacia abajo a medida que envejecemos y son los responsables de la aparición de las arrugas nasogenianas.

Aunque no podemos detener por completo el proceso natural del envejecimiento, sí podemos tomar algunas medidas para prevenir o retrasar la aparición de surcos nasogenianos y por supuesto  para corregir y eliminar su presencia.

Evitar la degradación de las fibras de sostén utilizando siempre protector solar previene la oxigenación y el daño celular alargando la vida del colágeno y la elastina.

Una dieta rica en vitaminas, minerales y proteínas aporta siempre reservas a nuestra piel.

Realizar ejercicios específicos para tonificar los músculos faciales puede ser beneficioso en la prevención del surco nasogeniano.

Evitar hábitos perjudiciales como fumar, consumir alcohol o la ingesta excesiva de azúcares que deterioran la calidad de la piel y aceleran los procesos oxidativos.

La medicina estética actual nos ofrece múltiples opciones de tratamiento para prevenir, retrasar y eliminar estos surcos  nasogenianos. La elección del tratamiento adecuado depende principalmente de la profundidad de las arrugas y de sus preferencias personales.

Prevenir su aparición aportando nutrientes y antioxidantes de manera cíclica mediante la mesoterapia,   mantener la piel en buen tono y estimular siempre la producción de colágeno endógeno mediante la Radiofrecuencia y preservar la hidratación para garantizar una correcta elasticidad son armas de prevención ideales.

Una vez las líneas arlequín han hecho su aparición  la medicina estética ofrece distintos tratamientos que van desde los rellenos dérmicos inyectables con Ácido hialurónico o grasa en los pómulos para revertir su pérdida y provocar así una elevación y tracción de dichos surcos, la infiltración de hidroxiapatita cálcica que refuerza la estructura de las fibras colagenares, la colocación de hilos tensores espiculados que provocan una tracción mecánica del área o el tratamiento mediante Morpheus 8 que gracias a la simultaneidad de la entrega de radiofrecuencia fraccionada que penetra a una profundidad de 4000 micras y los 24 pins que penetran en el tejido activan la colagénesis consiguen un efecto «lifting» y minimiza los surcos.

En cualquier caso es esencial contar con el consejo de un profesional médico que realizará un correcto diagnóstico y elaborará la mejor estrategia en cada caso.

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