Hilos Tensores

El tratamiento de rejuvenecimiento facial, sin cirugía, con hilos tensores es el procedimiento definitivo que trata la flacidez, tensa la piel del rostro y cuello devolviendo la firmeza al óvalo facial.

Cada vez es más frecuente el uso de esta técnica de hilos tensores o “hilos mágicos” dentro de los procedimientos de cuidados estéticos, para tratar la estimulación y la producción de colágeno y reposicionar los tejidos en la zona del rostro para conseguir con él, un aspecto de “lifting facial con hilos” y mejorar la expresión del rostro, ya que mejora considerablemente las arrugas y hace que la flacidez facial o la flacidez de la zona corporal disminuyan gracias al efecto de tracción y tensión que causan.

La forma de colocación de los hilos tensores es a través de una fina aguja-cánula que se introduce por el plano de la piel del rostro o cuerpo y a través del tejido subcutáneo, al retirar esta cánula quedan introducidos en el tejido estos hilos cuya forma en conos y/o hilos tensores espiculados tensan inmediatamente esta zona, de forma que el organismo inicie la formación de nuevo tejido que provoca una fibrosis progresiva y favorecen la formación de colágeno de tipo I y II (el tipo de colágeno responsable de la firmeza) facilita su anclaje a la piel, obteniendo, como consecuencia una piel firme, sin cirugía, lo que anima cada vez más a considerarlo como opción de tratamiento en la medicina mínimamente invasiva y que proporciona seguridad.

Dependiendo del lugar a tratar, los números de hilos varían entre 6 en zonas faciales hasta un total de 30 hilos en zonas corporales (brazos, rodillas o muslos). Así como uno de los criterios para su uso, tipo y cantidad de hilos será la situación actual de un paciente.